La fundación del Gran Teatro «La Fenice»
Ago 20, 2019arquitectura, arte, historia, turismo0 Comentarios
El Gran Teatro La Fenice de Venecia se suma a la lista de los teatros más bellos del mundo, se encuentra en el barrio de San Marcos no muy lejos de la plaza homónima. Respetado desde su fundación por su programación rica y variada, hoy sus carteleras siguen atrayendo a espectadores locales y forasteros. Para el apasionado de música vale un viaje a Venecia y la ocasión de asistir a un espectáculo se puede enriquecer con una visita del edificio.

El techo del Teatro La Fenice sobresale entre los tejados del barrio de San Marcos.
La Fenice (el ave fénix) fue el último teatro construido durante la República Serenísima. Terminaba con el ave mitológica la evolución del teatro veneciano, una aventura entusiasmante iniciada en el siglo XV que llega a su máxima difusión en el XVII con alrededor de veinte salas teatrales, entre públicas y privadas. Esa dispersión de fuerzas y fondos se racionaliza en el siglo siguiente y se concentra en solo siete teatros. El Consejo de los X, importante órgano de gobierno que entre otras cosas controlaba las actividades teatrales, dispone en 1756 que a partir de ese momento sólo él puede aprobar la construcción de nuevas salas, las siete activas eran suficientes. Esa norma agrado mucho a los propietarios de las existentes.

Relieve con ave fénix, restaurado después del incendio de 1996.
En el siglo XVIII Venecia seguía siendo una meta obligada del Gran Tour, urbe cosmopolita ofrecía a sus visitantes un repertorio heterogéneo de espectáculos en los teatros de San Cassiano, San Moisè, San Luca, San Samuele, San Giovanni Grisostomo, Sant’Angelo y San Beneto, cada empresario trataba de conquistar al público acaparándose los profesionales mejores y enriqueciendo la escena con soluciones técnicas impactantes. A excepción del de San Cassiano inaugurado en 1580 y el de San Beneto en 1753, los otros cinco habían surgido en el siglo XVII.

Venecia en el siglo XVIII. Canaletto, La Plaza de San Marcos, c.1720. (Metropolitan Museum of Art, CC0 1.0).
El nacimiento de La Fenice dependió de un pleito, a veces las disputas legales pueden ser positivas para los perdedores y en este caso lo fue. Un inconciliable litigio por el teatro San Beneto, entre la sociedad que administraba los palcos y los propietarios del inmueble los condujo ante el juez, el veredicto (1786) favoreció a los propietarios, los nobles Venier, y la sociedad cedió el teatro.
La Noble Sociedad de palcos del teatro de San Beneto estaba compuesta por noventa miembros, sesenta y cinco patricios y veinte y cinco burgueses ricos, los socios ante la derrota no se dejaron amedrentar, al contrario, en 1787 presentaron una petición formal y muy bien estructurada al Consejo de los X para poder construir un teatro nuevo cerca del que habían perdido y, contra todas las previsiones, obtuvieron de inmediato respuesta positiva.

Francesco Guardi, La cena y el baile en honor de los Condes del Norte, 1783. (Smeat75 CC BY-SA).
Tenían ideas claras los socios, querían un teatro cuya estética y funcionalidad fueran superiores a las del San Beneto que en aquel momento era el mejor de la ciudad. El primero de noviembre 1789 convocaron un concurso de arquitectura para asegurarse un proyecto idóneo, de los veintinueve recibidos escogieron el de Gian Antonio Selva (1752-1818).

Retrato de Gian Antonio Selva, relieve realizado por Luigi Zandomeneghi en 1836.
Al año siguiente le compraron a Alessandro Molin algunos edificios en mal estado situados frente a la iglesia de San Fantin, los demolieron e iniciaron la obra; el Selva no perdió tiempo y el 16 de mayo 1792, el día de la Ascensión, fiesta muy apreciada por los venecianos, lo estrenaron con el debut de ‘I Giuochi d’Agrigento’ de Giovanni Paisiello y del conde Alessandro Pepoli (obra hoy perdida).

Platea del Teatro La Fenice en 1837, grabado, Museo Correr (Lumijaguaari, CC BY-SA).
Respecto a los teatros existentes podemos notar algunas diferencias:
-la construcción del inmueble no la decidirá una familia noble sino una sociedad mixta y será ella la propietaria exclusiva.
-pondrán en la fachada bien visible la palabra latina SOCIETAS, para dejar claro a quién pertenece el edificio.
-le darán un nombre La Fenice (el ave fénix), la sociedad resurgía de las cenizas con un edificio nuevo y extraordinario. No lo indicarán con el nombre de la iglesia más cercana como de costumbre. Por ejemplo, el teatro construido por los nobles Giustinian en 1620 lo llaman San Moisè y el de los Vendramin (1622) indistintamente de San Salvador o de San Luca porque tenía dos iglesias equidistantes. Algunos visitantes extranjeros se sorprenden ante el uso de nombres de santos para identificar teatros, Johann Wolfgang von Goethe es uno de ellos, en realidad era un modo cómodo para orientarse.
Estas disimilitudes respecto a la larga tradición teatral veneciana son indicativas de los grandes cambios que se avecinan.

La fachada principal de la Fenice, Anónimo, 1799, Museo Correr.
El teatro realizado por Selva respetaba los deseos de la Sociedad, cinco plantas con palcos idénticos en cada una, por un total de almenos ciento setenta y cuatro; dos entradas de igual importancia, una hacia la plazuela de San Fantin la otra hacia el canal (con un muelle de un ancho tal de poder atracar con comodidad una góndola); un sistema antiincendios y lo más importante: debía ser un placer para la vista y para el oído, los espectadores tenían que ver y oír con la misma claridad.

Fachada anterior, detalle de la maqueta original presentada por el Selva al concurso, la única que ha llegado a nosotros, está expuesta en el teatro.

Fachada posterior, detalle de la maqueta original presentada por el Selva al concurso, la única que ha llegado a nosotros, está expuesta en el teatro.

La torre del sistema antiincendios, detalle de la maqueta original presentada por el Selva al concurso, la única que ha llegado a nosotros, está expuesta en el teatro.
Los periódicos de la época relataron con detalles la jornada inaugural, obviamente alabando o desaprobando según el gusto de cada periodista, dividiendo la opinión pública entre partidarios de La Fenice o partidarios del San Beneto, estos últimos presionados por los Venier descontentos de tener rivales en las cercanías. Elocuente es la lectura que los detractores dieron del SOCIETAS que ornaba la fachada: SINE ORDINE CUM IRREGULARITATE EREXIT ANTONIO SELVA (sin orden con irregularidad erigió Antonio Selva).

Parte superior de la fachada principal con la inscripción latina SOCIETAS.
Pasado cinco años de la inauguración las tropas de Napoleón Bonaparte invadieron el archipiélago veneciano, en 1797 el general francés le puso un punto final a una historia milenaria cerrando el ciclo de la República Serenísima. A partir de ese momento la vida del Ave Fénix se entrelazará con los anales ciudadanos, la tragedia de la caída, las dominaciones extranjeras, el breve momento de la restauración, la unificación de Italia, dos guerras mundiales, dos incendios y la actualidad. Mucho por decir queda y lo escribiremos más adelante, a no ser que vengan a visitarlo con nuestras guías de Best Venice Guides y se diga directamente.

Fachada posterior que da hacia el canal en la actualidad, reconstruida después del incendio de 1996.

Una de las puertas que dan al canal con el logo del teatro, reconstruida después del incendio de 1996.

La torre del sistema antiincendios, reconstruida después del incendio de 1996.

Logo del teatro salvado por los bomberos durante el incendio de 1996.
Mercedes Marrero de Schena
mercymarrero@gmail.com
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