Murano, no sólo vidrio
Abr 16, 2020arquitectura, arte, curiosidades y tradiciones venecianas, historia0 Comentarios
Existe una isla en la laguna norte de Venecia, que no necesita muchas presentaciones. Cuando se escucha el nombre Murano, la conexión con el vidrio es directa y rapidísima. Pero no para todos, muchos en efecto se confunden con Burano. Cuidado! Entre muranesi (habitantes de Murano) y buranelli (habitantes de Burano) hay mala sangre! Lo dice una muranese DOC!
Murano es para mi casa, familia, amigos, recuerdos… es el lugar donde he nacido y crecido, una isla feliz situada en un paisaje extraordinario, la laguna con sus atardeceres, luces y colores, enmarcada, en los días más claros, por las maravillosas Dolomitas, que parecen recortarse sobre el agua y competir con los campanarios. Murano es una isla toda para descubrir, no es solo cristal, sino también historia, arte, cultura, naturaleza, deporte es una isla que vive. Déjate guiar por una bestveniceguide, será sin dudas una experiencia única e inolvidable!

Vista sobre la laguna y sus Dolomitas
Un salto en el pasado
Los orígenes de esta extraordinaria isla se remontan al siglo VII, cuando los habitantes del continente se refugiaron en ella para escapar de la barbarie de los Longobardos. La llamaron Murano, desde el nombre de una puerta de Altino, o como afirman unos historiadores, desde el nombre de las familias nobles Muranesi y Muriani.
Llegó a ser un centro próspero gracias al comercio, a las salinas y desde 1291 al arte vidriero. En aquel año, de hecho se trasladaron todas las cristalerias a Murano, para evitar que se propagaran los incendios y para guardar celosamente el secreto de la creación del vidrio. Desde entonces es un taller de genialidad y fantasía, cuyos resultados se pueden admirar en el Museo del Cristal. Los maestros realizaban objetos de arte impresionantes! Tenían un buen incentivo pues a los mejores les concedían el privilegio de poder casarse con mujeres de la nobleza.

Una cometa de cristal
Nobles de veraneo
Una reina, Caterina Cornaro, veneciana y viuda del rey de Chipre, solía ir a la magnífica villa de su hermano Giorgio a Murano, donde el humanista Andrea Navagero cultivó el primer jardín botánico de Europa. Parece que la reina quisiera mantener la piel blanca, era de noble estirpe, para ésto se hizo construir soportales en la isla, para poder pasear en la sombra. Lo testimonian los arcos, que constituían este pasaje cubierto, uno de ellos se encuentra en el jardín de mi casa. Sólo con una guía local los podréis descubrir!

Sotoportales de la reina Caterina Cornaro
Antiguas ruinas y joyas arquitectónicas
Murano era un centro cultural con numerosas bibliotecas, academias artísticas, literarias y científicas, así como un centro religioso con 17 iglesias y monasterios anexos, de los que se pueden descubrir todavía las huellas.
De las iglesias sólo tres siguen funcionando, entre ellas se destaca aquella a la cual más soy aficionada, se trata de la Basílica de Santa María y Donato, obra maestra del arte y arquitectura véneto bizantina. El edificio se remonta al siglo XII, revelado en sus formas armoniosas, dibujadas por la continuación de arcos del ábside. En el interior uno se queda asombrado por la preciosidad y belleza de sus mosaicos. Se dice que en la iglesia estén guardados los huesos de un dragón matado por San Donato, hay que ver para creer!

La Basílica de Santa María y Donato

Mosaico del suelo del la Basilica de Santa Maria y Donato
Lucia Scarpa
BestVeniceGuides
www.luciascarpa.com
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