LEÓN DE VENECIA 2 UN ORIGEN RECÓNDITO
En mi artículo precedente ‘El león de Venecia 1. Una fiera intrigante’ presenté la estatua más icónica de nuestra ciudad: el León alado de la Piazzetta. Ahora, como prometido, me dedicaré a su origen. En nuestra ciudad el animal alado encarnaba dos principios esenciales de la nación veneciana; si fuera necesario aclarar la dualidad del símbolo puede ser útil el siguiente enlace:
https://bestveniceguides.it/es/2020/05/13/por-que-en-venecia-los-leones-tienen-alas/
Baste recordar que los venecianos distinguían al felino volador como supremo emblema de la patria y en el curso de la propia historia lo reprodujeron incesantemente, poblando el espacio urbano con una ideal manada leonina, cuyo cabecilla incuestionable fue el ejemplar de la Piazzetta.

Piazzetta, columna del León Alado
De gran tamaño y de bronce dorado, afianzado encima de la alta columna el león se imponía a la vista. En pasado, cuando el sol lo iluminaba, el cuerpo se animaba resplandeciente en una nube de oro y los ojos chispeaban por las piedras en ellos incrustadas. Tal metamorfosis se repetía cotidianamente, estimulando el orgullo del pueblo y la admiración del forastero. Actualmente, por la pérdida del oro (en 1981 se encontraron algunas partículas) y de las piedras (sustituidas con calcedonio en el siglo XVIII) la espectacular transformación no es visible; de todas maneras, su postura desafiante y la mueca feroz del rostro siguen impresionando.

Carlo Naya, el león de Venecia, fotografía, siglo XIX
Hasta la caída de la República Serenísima (1797) conocer la procedencia de la obra era irrelevante, definitorio era su valor simbólico. Las tentativas de identificarla históricamente iniciaron en el siglo XVIII, desde entonces muchos estudiosos han tratado de descubrir quién, cuándo y dónde la realizaron. Las suposiciones cubren un espacio geográfico extenso, de Europa al Lejano Oriente, la datación se adecua según el área y los reconocimientos van del simple animal feroz a la quimera etrusca o al dragón chino, pasando por varias divinidades de antiguas civilizaciones.

La columna del León y la esquina del Palacio Ducal
Interpretarla no es fácil ante la ausencia de documentos aclaratorios o de obras afines. Para colmo, por la altura, aproximarla no es simple; de hecho, en el maremágnum de conjeturas sobresalen las de tres estudiosos que pudieron, en tiempos distintos, examinarla de cerca.

El León se encuentra a quince metros del suelo
- A uno ya lo conocen, es Giacomo Boni el arqueólogo veneciano que construyó en 1883 una escalera para alcanzarla. Años más tarde lo nombrarán responsable de la su restauración y obtendrá un resultado notable para la época. La estatua regresó recompuesta a su pedestal y prosiguió imperturbable su vida aérea hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue trasladada a la abadía de Praglia (Padua). Boni en 1893 publicó el primer artículo científico a ella dedicado. Leerlo es interesante, aunque si la identificación de león de San Marcos producido en veneciana en el siglo XIII es un error, otras intuiciones son correctas.

La columna del León rodeada de edificios monumentales
- La segunda investigación importante fue la de John Brian Ward-Perkins, un arqueólogo británico, miembro del Programa de Monumentos, Arte y Archivos, (los llamados monuments men, celebrados en una película de George Clooney), como director de la subcomisión exclusiva para Italia estuvo al tanto del regreso, terminado el conflicto bélico, del león a Venecia. El británico no aceptó la atribución de Boni, como la mayoría de los críticos de la primera mitad del siglo XX, supuso una procedencia oriental; según él la habían realizado en un punto indeterminado entre Anatolia oriental y Siria septentrional en el siglo VII o VI a.C. En 1947 publica sus conclusiones y por más de tres décadas nadie avanzará nuevas teorías.

El regreso del León terminada la II Guerra Mundial (1945)
Para poder restaurar la columna en 1985 bajaron al león, lo hospedaron en el laboratorio de la Superintendencia de Bienes Artísticos e Históricos de Venecia y un equipo multidisciplinar, dirigido por la arqueóloga veneciana Bianca Maria Scarfì, examinó por primera vez la pieza con el auxilio de instrumentos de alta tecnología, logrando descifrar algunas incógnitas.

Andamiaje para la restauración de la columna
Por ejemplo, uno de los problemas de la estatua es la fragmentación; Boni y Ward-Perkins afirmaban que los fragmentos eran de dos tipos, los originales y los agregados en el siglo XIX; sin embargo, las nuevas pruebas químicas individuaron además de los mencionados otros tres grupos: uno oriental, uno ambiguo (entre Venecia y Oriente) y uno veneciano. El oriental y el ambiguo dependen de transformaciones del aspecto original, la primera realizada entre los siglos IV e VI d.C y la segunda en el siglo XII; el veneciano corresponde a la reparación del siglo XIII, citada en el post anterior.

Visible la fragmentación de la estatua
La revisión comprobó que originariamente su forma era distinta de la actual, ni era la del león de San Marcos ni, mucho menos, la de un simple felino; era la de un ser híbrido de cara terrorífica vagamente humanoide, cuerpo leonino, alas y, probablemente, cuernos. La parte más antigua presenta dos planicies, una en la sumidad de la cabeza y la otra en el lomo que podían servir de apoyo a otra(s) pieza(s), posteriormente removida(s).

La cabeza originaria tenía la sumidad plana

La cabeza con la pieza añadida en el medievo
- En 1990 publican el resumen de las investigaciones y la relativa hipótesis identificativa de la Dra. Scarfi. La especialista con cautela, sin cerrarle la puerta a futuros descubrimientos, asocia el bronce de Venecia a Sandon, dios de origen hitita. Revisando monedas y sellos, encontró analogías entre la fisionomía del bronce veneciano y la bestia que sostiene la divinidad. Propone como sitio de producción Tarso (Asia Menor), orientando la fecha de creación entre finales del IV e inicio del III siglo a.C.

Sestercio, Cilicia, Tarso, 211-217 d.C

Tetradracma, Cilicia, Tarso, 117-138 d.C
Renovada la columna el león alado regresó a su sitio, volviendo a capturar la atención de los visitantes; lo fotografían más que a una estrella de Hollywood, si supieran los actores acosados por los paparazzi cómo nuestra celebridad mantiene sus secretos, dejándole a quien la indaga sólo la posibilidad de suponer, la envidiarían. Detrás de su bigote extraño esconde una sonrisita sardónica de pura complacencia, nadie ha podido esclarecer con certeza su enigma recóndito.
¡Venga a Venecia la fiera intrigante le espera!

La Piazzetta
D.ra Mercedes Marrero de Schena
BestVeniceGuides
mercymarrero@gmail.com
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